Javier Encinas, una figura reconocida en Bolivia, es sinónimo de carisma y perseverancia. Desde sus humildes inicios como cajero de banco hasta su consolidación como presentador de televisión y empresario, Encinas ha construido una vida que inspira por su autenticidad y determinación.

Sus comienzos en televisión fueron casi fortuitos. “Me encontré con una amiga que me dijo: ‘Voy a hacer un casting, acompáñame’. Sin nada mejor que hacer, fui, y de pronto me dijeron: ‘¿Usted no se anima?’ Fue inesperado, pero ahí empezó todo”, cuenta Encinas. Su habilidad para conectar con el público le permitió brillar como conductor de “Disco”, un programa musical que marcó una era en la televisión boliviana por más de 15 años.
“Era en la mañana, sábado y domingo, y la gente no se lo perdía. Fue una época hermosa, llena de aprendizajes y cariño del público”, recuerda. A lo largo de su carrera, Encinas entrevistó artistas, caminó alfombras rojas y generó una conexión única con los televidentes.
Las confesiones de Javier se dieron en medio de la cocina, mientras preparaba una “Punta de S con Pasta” en el programa “La Cocina de Mónica”, conducido por Mónica Bustos. Este espacio, transmitido en Ezequiel Serres Tv en YouTube y en las redes sociales de La Cocina de Mónica en TikTok, Facebook e Instagram, se caracteriza por su calidez y la cercanía con los invitados. Allí, entre ingredientes y recuerdos, Javier compartió detalles de su vida

Tras “Disca”, Javier incursionó en “No Somos Ángeles”, un programa de farándula que combinaba entretenimiento y polémica. “Era estresante a veces, pero aprendí mucho. Las oportunidades hay que aprovecharlas; cuando una puerta se abre, es por algo”, reflexiona Encinas sobre esa etapa.


Sin embargo, su espíritu inquieto lo llevó más allá de las cámaras. Hace seis años, fundó Latin Magazine, una revista empresarial con alcance internacional que destaca el talento latinoamericano. Este proyecto, que lidera junto a su exesposa y socia Lorena, ha consolidado su reputación como emprendedor. “Es un puente para que las comunidades latinas se vean reflejadas, conecten y crezcan”, explica.

Más allá de lo profesional, Encinas también ha cultivado pasiones personales como el ajedrez y la cocina, esta última desarrollada durante la pandemia. “Aprendí a cocinar y ahora lo disfruto mucho. La cocina es otra forma de expresarse”, dice con entusiasmo.
Javier también valora los vínculos personales. Aunque su divorcio fue un desafío, logró mantener una relación respetuosa con su exesposa, algo que considera clave para su estabilidad emocional. “El secreto es el espíritu. Uno envejece solo si lo permite”, comenta con humor.
A lo largo de su carrera, Javier ha trabajado arduamente en investigaciones y proyectos que lo han llevado a ser parte de grandes eventos, incluyendo la cobertura de importantes alfombras rojas. Estas experiencias no solo le brindaron la oportunidad de estar en contacto directo con reconocidos artistas, sino que también forjaron relaciones con grandes figuras del mundo del espectáculo.






La historia de Javier Encinas es un recordatorio de que las adversidades son oportunidades disfrazadas. Su capacidad de reinventarse y su compromiso con la calidad demuestran la versatilidad y pasión. “La vida te da sorpresas, y las oportunidades hay que aprovecharlas. Todo en la vida tiene un propósito”.