Sarampión en Bolivia: una emergencia nacional que revive el temor de pandemias pasadas

Bolivia enfrenta nuevamente una emergencia sanitaria, esta vez provocada por un enemigo que se creía erradicado: el sarampión. Con 60 casos confirmados —de los cuales 57 se concentran en el departamento de Santa Cruz— el país se encuentra en alerta máxima ante una enfermedad tres veces más contagiosa que el Covid-19 y que amenaza, principalmente, a los menores de edad no vacunados.

La rápida propagación del virus ha obligado al Gobierno a declarar emergencia sanitaria nacional y a tomar medidas urgentes. El Ministerio de Educación determinó adelantar el receso escolar de invierno en Santa Cruz, epicentro del brote, del 30 de junio al 11 de julio. Paralelamente, 13 municipios —entre ellos Santa Cruz de la Sierra, El Alto, La Paz y Potosí— activaron clases virtuales desde este miércoles para frenar la expansión del virus.

“La salud de nuestros niños está primero”, declaró el ministro de Educación, Omar Veliz, al confirmar el adelanto de vacaciones en el departamento cruceño. Por su parte, el presidente Luis Arce explicó que la decisión de declarar la emergencia busca una reacción rápida y coordinada de todos los sectores del Estado.

¿Por qué preocupa tanto el sarampión?

A diferencia del coronavirus, que puede contagiar a seis personas por cada infectado, el sarampión tiene un potencial de transmisión de entre 12 y 18 personas. El virus se mantiene activo en el aire hasta por dos horas y puede viajar hasta cinco metros, lo que lo convierte en una amenaza silenciosa y difícil de contener. “El virus del Covid-19 es pesado y cae al suelo, mientras que el del sarampión queda suspendido”, explicó Max Enríquez, viceministro de Vigilancia Epidemiológica.

Lo más alarmante: el 70% de los casos corresponde a menores de 19 años, sobre todo a niños menores de cinco años que no recibieron la vacuna o no completaron el esquema de inmunización. El paciente más adulto tiene apenas 42 años.

¿Cómo se llegó a este punto?

Bolivia fue declarada libre de sarampión en el año 2000 y recertificada en 2016. Sin embargo, desde 2020 las coberturas de vacunación comenzaron a disminuir. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una cobertura mayor al 90%, en los últimos tres años apenas se alcanzó el 70% con la primera dosis. Eso significa que anualmente más de 70.000 niños quedan sin protección, acumulando una población vulnerable al virus.

Expertos coinciden en que esta baja cobertura abrió la puerta al retorno del sarampión. Las investigaciones epidemiológicas detectaron al menos tres cadenas de transmisión: una vinculada a un evento masivo de una iglesia en Santa Cruz con 30.000 asistentes, otra relacionada con comunidades menonitas con baja inmunización, y una tercera sin fuente identificada, lo que sugiere circulación comunitaria.

Una amenaza que cruza fronteras

La reaparición del sarampión no es exclusiva de Bolivia. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), nueve países de la región enfrentan brotes activos. A la fecha, se reportan más de 7.200 casos y nueve muertes en América Latina. Brasil, por ejemplo, sufrió un brote tan severo que le costó más de 100 millones de dólares y la pérdida del estatus de país libre de sarampión.

“El sarampión no solo deja secuelas físicas, también representa un altísimo costo económico para los países que no actúan a tiempo”, alertó Yenny Rocío Neira, representante de la OPS en Bolivia.

La vacuna: única barrera real

La gran diferencia entre esta epidemia y lo vivido con el Covid-19 es que, esta vez, existe una vacuna segura y disponible. El gobierno cuenta con unas 500.000 dosis en más de 3.600 centros de salud. Las autoridades reiteran el llamado urgente a los padres para inmunizar a sus hijos. “La vacuna es la única arma efectiva para detener esta enfermedad”, remarcó Enríquez.

Unicef también se ha sumado a esta cruzada, enfatizando que la prioridad es proteger a los menores de cinco años, el grupo más vulnerable. “Es momento de actuar con responsabilidad y llevar a nuestros hijos a vacunarse”, declaró Katya Merino, representante del organismo.

Medidas adicionales

Además de las clases virtuales y el adelanto del descanso pedagógico, se han activado controles sanitarios en terminales de buses y aeropuertos. En Potosí, por ejemplo, se planea una campaña masiva de vacunación este sábado, mientras que se implementaron cercos epidemiológicos en las zonas donde se detectaron casos. Incluso se procedió al cierre temporal de escuelas donde hubo contagios.

El mensaje es claro: el sarampión no solo ha regresado, sino que se ha instalado con fuerza en un país que bajó la guardia en vacunación. Bolivia, que logró erradicar esta enfermedad hace 25 años, hoy enfrenta la dolorosa consecuencia de no sostener los niveles de inmunización.

¿Estamos preparados para enfrentar una nueva crisis sanitaria o repetiremos los errores del pasado?

La historia vuelve a golpear la puerta. Esta vez, con un virus que ya conocíamos… y habíamos vencido. ¿Lo venceremos otra vez? Todo depende de nosotros.