Montero, Santa Cruz – A tres días del asesinato del coronel Juan Javier Soliz Cáceres, comandante del Regimiento Manchego, la investigación ha revelado nuevos elementos que podrían encaminar el caso hacia una resolución. Peritos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) levantaron un casquillo calibre 9 milímetros en las cercanías del lugar donde fue encontrado el cuerpo del jefe militar, dentro del recinto militar en Montero.

Según fuentes oficiales, se trata de un casquillo correspondiente a un arma de uso policial o militar, lo que fortalece la hipótesis de que el disparo provino de alguien con acceso a armamento institucional. Las pericias balísticas están siendo desarrolladas por dos equipos especializados: el Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial (IITCUP) y el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), en coordinación con el equipo de Escena del Crimen de la FELCC.
Armas y celulares secuestrados
Como parte de las diligencias, la Policía ha secuestrado varias armas de fuego asignadas a militares del regimiento, que están siendo sometidas a análisis balístico para determinar si alguna coincide con el casquillo levantado. Además, se procedió al desdoblamiento de teléfonos celulares de personal militar que tuvo contacto con el coronel Soliz, con el fin de recuperar mensajes, llamadas e imágenes relevantes para la investigación.
Versión de la clínica
Otro punto importante en la investigación fue la declaración de cuatro testigos vinculados a la clínica MIMED, donde el cuerpo del coronel fue llevado. Según el abogado Maico Moreno, que representa a funcionarios del centro médico, el regimiento alertó a la clínica de un supuesto accidente de tránsito en motocicleta, y cuando la ambulancia llegó, el militar ya estaba siendo trasladado por otros uniformados. Al llegar a la clínica, se confirmó que ya no tenía signos vitales.
Los testigos —entre ellos dos socios de la clínica, un médico y una funcionaria del seguro— declararon de manera voluntaria y aseguran que seguirán colaborando con la justicia.
Obstáculos en la investigación
Uno de los mayores desafíos que enfrenta la investigación es la falta de cámaras de seguridad dentro del recinto militar. La ausencia de registros visuales impide reconstruir con precisión los momentos previos y posteriores al crimen. “No hay cámaras, y eso complica el trabajo investigativo”, señalan informes de la FELCC.
El caso sigue abierto
Mientras continúan las pericias, la población y los familiares del coronel exigen resultados y transparencia. La aparición del casquillo es hasta ahora la pista más concreta en una muerte que ha generado conmoción nacional y que pone en duda la seguridad dentro de las propias filas militares.