La Paz, 16 de julio de 2025
Con la fuerza de sus montañas y el espíritu de su historia rebelde, La Paz amaneció este miércoles celebrando los 216 años de su gesta libertaria del 16 de julio de 1809. Los actos centrales comenzaron temprano, pasadas las 07:00, en la histórica plaza Murillo, con la tradicional ofrenda floral en honor a los héroes paceños.

Las máximas autoridades del país se dieron cita en este homenaje cargado de simbolismo. El presidente del Estado, Luis Arce, encabezó la ceremonia junto al vicepresidente David Choquehuanca, el gobernador Santos Quispe y representantes de los tres niveles del Estado, así como delegaciones institucionales.
Desde sus redes sociales, el mandatario expresó: “Con una ofrenda floral e iza de nuestras banderas, rendimos homenaje a la Revolución del 16 de Julio de 1809. ¡Jallalla La Paz!”. En otra publicación, evocó el espíritu de la capital más alta del mundo:

“En esta tierra de montañas y coraje, donde se mezclan el pasado rebelde y el presente trabajador, nació un grito que todavía resuena: el grito de libertad, el grito de dignidad”.
La jornada patriótica continuará a las 10:30 con la Gala Municipal del Bicentenario, que se realizará en el Parque Mirador La Paz, donde también se espera la participación de autoridades nacionales y regionales, según informó la Alcaldía paceña.
Las actividades conmemorativas se viven desde comienzos de julio, pero se intensificaron desde el pasado viernes con desfiles escolares en distintos macrodistritos. La noche del martes, el desfile de teas encendió las calles con luz, memoria y participación ciudadana, incluyendo la presencia de varios candidatos presidenciales. La tradicional verbena fue esta vez un festival musical que prescindió de artistas internacionales, apostando por el talento local.

Durante la sesión de honor, el presidente Arce también resaltó la importancia de una “hegemonía paceña en la economía nacional” y señaló que “la marcha al norte” debe ser una nueva tea que libere a los paceños de la dependencia alimentaria.
Hoy, La Paz no solo honra su pasado. La ciudad se reafirma como símbolo de cultura viva, de mujeres de pollera que representan dignidad y sabiduría, de jóvenes que marchan con antorchas, y de un pueblo que resiste, trabaja e innova.
La Paz es folklore, es kullawada, es alegría que conquista corazones dentro y fuera del país. Es, más que nunca, libertad en movimiento.