Alimentarse en Bolivia es cada vez más caro. La inflación acumulada hasta abril de 2025 llegó al 5,9%, un 80% de la meta proyectada por el Gobierno para todo el año (7,5%). Y lo más grave: los alimentos, productos esenciales para las familias, son los que más han subido de precio, afectando directamente al bolsillo de los hogares bolivianos.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la inflación acumulada al primer cuatrimestre fue del 5,9%, un 80% al proyectado en el Presupuesto General del Estado (PGE) que calculó un 7,5% para el año 2025.
Sin embargo, varios especialistas consideran que esos números se quedan corto con lo que sucede en las calles.
Así, para el economista, Gonzalo Chávez, hay un desajuste entre proyecciones de PGE y la realidad es preocupante, ya que demuestra que las presiones inflacionarias han sido significativamente más intensas que lo anticipado por las autoridades fiscales y monetarias.
“Es como si usted planeara su sueldo para doce meses y en abril ya se hubiera gastado el 80%. Optimismo con aroma a insolvencia”, señaló Chávez.
Un análisis del Centro de Estudios Populi revela que, entre los 30 productos con mayores incrementos, se destacan aumentos de hasta:
- 90% en la cebolla,
- 88% en el tomate,
- más del 50% en brócoli, betarraga y arveja verde.
En el rubro de las proteínas, también se encarecieron:
- Hígado de res,
- Carne de res con y sin hueso,
- Pescado fresco,
- Queso y leche evaporada.
Además, productos de uso diario como shampoo (+14,9%), desodorantes (+16,3%), jabón (+14,3%) y hasta velas y útiles escolares también han subido por encima del 12%.

Especialistas advierten que esta inflación afecta sobre todo a los hogares de menores ingresos, que gastan una mayor proporción de su presupuesto en alimentación y productos básicos.
Por su parte, el economista Germán Molina alertó que el contexto electoral presiona aún más los precios debido al aumento del gasto público. “Solo el 20% de la población recibirá el incremento salarial, el resto –sobre todo los trabajadores informales– tendrá que subir sus precios para compensar”, señaló.
Mientras tanto, el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, advirtió que la escasez de dólares y su alto precio en el mercado paralelo también impulsa la inflación. “La devaluación del boliviano frente al dólar negro ya supera el 100%, afectando a toda la cadena de precios”, sostuvo.

Aunque el INE reportó una inflación mensual del 0,9% en abril, algunos aumentos no tienen explicación técnica, como el caso de la carne de res, cuyo precio continúa elevado pese a que no hay motivos logísticos que lo justifiquen.
La situación se vuelve crítica: comer bien y sano ya no es una cuestión de elección, sino de poder adquisitivo.
Datos: El Deber