Arturo Murillo queda libre en EE.UU., lleva grillete electrónico y su paradero es incierto

Tras cumplir su condena por corrupción y lavado de dinero, el exministro de Jeanine Añez ya no está bajo custodia federal. Bolivia activa gestiones para su extradición.


Arturo Murillo Prijic, exministro de Gobierno durante el mandato transitorio de Jeanine Áñez, volvió a pisar suelo libre en Estados Unidos, aunque no sin restricciones. Desde el viernes, ya no está bajo custodia federal y, según fuentes a las que accedió EL DEBER, lleva un grillete electrónico que permite a las autoridades estadounidenses monitorear sus movimientos. Su ubicación exacta, sin embargo, se mantiene en reserva.

Murillo fue condenado el 4 de enero de 2023 a 70 meses de prisión por cargos de soborno, conspiración y lavado de dinero, relacionados con la compra con sobreprecio de gases lacrimógenos a una empresa estadounidense. El exministro aceptó un acuerdo con la justicia norteamericana que redujo su tiempo de reclusión. Apenas cumplió poco más de dos años en el Centro de Detención Federal de Miami antes de obtener su liberación supervisada.

La noticia sacude el tablero político y judicial boliviano. Aunque el activista Thomas Becker, conocido por su rol en los casos Sacaba y Senkata, aseguró que Murillo podría estar en un centro de detención migratoria, fuentes oficiales estadounidenses aún no lo confirman. Por ahora, lo único claro es que el exministro no está preso, pero tampoco es completamente libre.

Desde Bolivia, la reacción no se ha hecho esperar. El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Ríos, aseguró que el Gobierno “no escatimará esfuerzos” para lograr la extradición de Murillo. La Procuraduría General del Estado ya activó los mecanismos diplomáticos correspondientes, aunque aún se espera un informe oficial que permita dar el siguiente paso.

“Queremos que Arturo Murillo retorne al país y responda ante la justicia boliviana. Hay avances positivos, pero es un proceso complejo que requiere información precisa y cooperación internacional”, sostuvo Ríos.

El caso Murillo no solo remite a un acto de corrupción internacional. También revive las heridas de un país que aún espera respuestas sobre los hechos de violencia que marcaron la crisis política de 2019. Su retorno podría significar una rendición de cuentas… o un nuevo capítulo de impunidad.

CIERRE CON GANCHO:
¿Dónde está Arturo Murillo en este momento? ¿Llegará a enfrentar a la justicia boliviana o se perderá entre los vacíos del sistema migratorio de Estados Unidos?
La historia aún no ha terminado. Y Bolivia sigue esperando.

Fuente: El Deber y Redes Sociales