Montero, Santa Cruz – La investigación por el asesinato del coronel Juan Javier Soliz Cáceres, comandante del Regimiento Satinadores Manchego de Montero, dio un giro este martes con la aprehensión de un efectivo militar. Así lo confirmó el viceministro de Régimen Interior y de la Policía, Jhonny Aguilera, en declaraciones a la prensa.

“La persona que se encuentra aprehendida ha presentado una serie de incongruencias en su testimonio. Por eso, el Ministerio Público ha dispuesto su aprehensión”, señaló Aguilera, sin revelar la identidad del sospechoso. La autoridad indicó que las pesquisas están enfocadas en el entorno interno del regimiento militar.
Inspecciones clave en oficinas y dormitorio
Tras la aprehensión, los investigadores realizaron una inspección minuciosa en el dormitorio y las oficinas del sospechoso dentro del recinto militar, en busca de indicios que permitan confirmar o descartar su participación directa en el crimen.
Un disparo en la nuca
El coronel Soliz fue encontrado muerto el pasado sábado 1 de junio, con un disparo en la nuca. La autopsia reveló que la causa de muerte fue un trauma craneoencefálico grave por proyectil de arma de fuego. Desde entonces, la Fiscalía y la Policía han intensificado las labores de investigación dentro del regimiento.
Durante el fin de semana se tomaron declaraciones a varios oficiales y soldados que estaban de servicio la noche del crimen. También se secuestraron armas y teléfonos celulares para someterlos a pericias balísticas, análisis de mensajes y llamadas, así como pruebas de absorción atómica para detectar residuos de pólvora.
Todas las hipótesis siguen abiertas
El fiscal departamental de Santa Cruz, Alberto Zeballos, informó que todas las hipótesis se mantienen abiertas, incluyendo móviles personales o económicos. Además, se investiga la aparición de una nota anónima, supuestamente lanzada desde un dron en las inmediaciones del regimiento, que podría contener información clave sobre el crimen.
La aprehensión del militar representa el avance más significativo hasta ahora en una investigación marcada por el hermetismo, la falta de cámaras de seguridad en el regimiento y la presión pública por esclarecer un asesinato que golpea el corazón de las Fuerzas Armadas.