El conflicto político boliviano ha escalado nuevamente al punto de colapsar la cotidianidad de millones. A nueve días del inicio de los bloqueos liderados por sectores afines al expresidente Evo Morales, Bolivia se encuentra sumida en una crisis de desabastecimiento y tensión social que afecta desde la economía hasta el acceso a los alimentos más básicos. El pollo se ha convertido en un lujo, el pan podría escasear, y el precio de la carne de res ya es inalcanzable para muchas familias.

En los mercados de La Paz y otras ciudades del interior, el kilo de pollo supera los Bs 30 y en algunos puntos llega hasta los Bs 35, mientras que un pollo entero puede alcanzar los Bs 90. La situación ha puesto en alerta al sector avícola. Miguel Ángel Ribero, dirigente de los comercializadores de pollo, denunció que la escasez responde al mal estado de las rutas y la falta de gestión del Gobierno para habilitar más vuelos que permitan transportar alimentos desde Santa Cruz.
“No especulamos. Vendemos de acuerdo a nuestros costos. Hemos perdido incluso un camión por las condiciones de las carreteras. El Gobierno debe actuar con más firmeza”, afirmó Ribero, quien pidió el incremento urgente de los puentes aéreos.
El problema no se limita al pollo. Los panificadores advierten que la provisión de pan también está en riesgo. Rubén Ríos, secretario ejecutivo de la Confederación de Panificadores Artesanos, explicó que, a pesar de tener convenios que garantizan el libre tránsito de harina, los insumos no están llegando debido a los bloqueos.
“Los camiones están detenidos. Sin harina, no hay pan”, sentenció Ríos, al tiempo que pidió la intervención inmediata del Gobierno para evitar que el alimento más popular desaparezca de las mesas.
El precio de la carne bovina también se disparó. Según Omar Merlo, dirigente de Contracabol, el kilo gancho ya supera los Bs 50, lo que proyecta un precio de casi Bs 100 por kilo de pulpa. “Prácticamente no hay ventas. ¿Qué ama de casa podrá pagar eso?”, cuestionó.
Desde el Gobierno, el ministro de Desarrollo Productivo, Zenón Mamani, anunció la habilitación de más puentes aéreos en los próximos días. Hasta ahora se han realizado 22 vuelos para transportar productos de primera necesidad, como carne, huevo y aceite. Pero los resultados siguen siendo insuficientes ante la magnitud del cerco.
Cochabamba, aislada y asfixiada
El departamento más golpeado por los bloqueos es Cochabamba, donde 23 puntos de corte mantienen la región prácticamente aislada del resto del país. Las pérdidas ya superan los Bs 710 millones, según la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC).
“El aparato productivo cochabambino está al borde del colapso. Cada día adicional de bloqueo amenaza la sostenibilidad de miles de empresas y exportaciones que sostienen la economía”, denunció la FEPC en un comunicado.
La Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM) respaldó este diagnóstico y alertó que la afectación al comercio exterior podría implicar la pérdida de mercados internacionales clave.
Un país atrapado entre dos fuegos
Mientras los sectores afines a Evo Morales exigen que se le permita postular a la presidencia –algo que no está permitido por sentencia constitucional ni por plazos ya vencidos–, las autoridades denuncian que el fondo real de las protestas es político, con intereses desestabilizadores.
El Ministerio Público ya admitió una denuncia formal contra Evo Morales y Suseth Rodríguez por delitos como instigación pública a delinquir y atentado contra la libertad de trabajo. A la vez, el Gobierno desplegó operaciones conjuntas entre la Policía y las Fuerzas Armadas para despejar caminos, aunque las medidas han sido parciales y con resistencia.
En varias regiones del país, la población civil ha comenzado a tomar acción por su cuenta. En Betanzos, el Comité Cívico dio un plazo de 24 horas para que se despeje la ruta Sucre–Potosí, advirtiendo con movilizaciones e intervención. En Cochabamba, vecinos del cruce Tarata, armados con palas y manos, liberaron la vía cansados de esperar. En Chocorosi, La Paz, algunos ciudadanos resultaron heridos al intentar abrir el camino por su cuenta.
La tensión crece. Aunque los seguidores de Morales insisten en que el exmandatario no está detrás de las protestas, un audio filtrado, cuya autenticidad fue confirmada por verificadores independientes, lo muestra organizando lo que denominó “la última batalla”.
En medio de todo, el pan escasea, la carne se vuelve inaccesible, y el pollo es un lujo. Bolivia enfrenta un conflicto que ya no es solo político: es una emergencia humanitaria. El tiempo corre, y mientras las rutas sigan cerradas, la vida cotidiana de millones de bolivianos seguirá paralizada.