A casi dos décadas de la desaparición de Madeleine McCann, las autoridades portuguesas, en coordinación con fiscales alemanes, llevarán a cabo una nueva operación de búsqueda en Praia da Luz, el balneario del Algarve donde la niña británica fue vista por última vez el 3 de mayo de 2007. Esta decisión responde a una carrera contrarreloj: el principal sospechoso del caso, Christian Brueckner, podría quedar en libertad en septiembre tras cumplir una condena por otro delito.
Brueckner, un ciudadano alemán de 48 años con antecedentes por pedofilia y violación, fue vinculado oficialmente al caso por la fiscalía de Braunschweig, aunque aún no enfrenta cargos formales por la desaparición de Madeleine. Su posible liberación ha generado presión sobre los investigadores, que buscan nuevas pruebas que les permitan imputarlo y evitar que recupere la libertad.
La nueva operación de búsqueda, solicitada por la policía alemana y autorizada por un juez portugués, se centrará en una veintena de terrenos privados entre el complejo turístico donde se hospedaba la familia McCann y una vivienda deteriorada en las afueras de Praia da Luz que Brueckner ocupó antes de 2007. Las labores incluirán inspección de pozos, tanques de agua y ruinas, y contarán con la participación de expertos forenses. Se espera que la operación tenga una duración inicial de tres días, aunque podría extenderse si se encuentran indicios relevantes.
Este nuevo despliegue representa la primera búsqueda de gran escala en Portugal desde mayo de 2023, cuando la policía investigó la presa de Arade, un lugar descrito por Brueckner como su “pequeño paraíso”. A pesar del esfuerzo conjunto entre autoridades portuguesas, británicas y alemanas, aquella operación no arrojó resultados concluyentes.
Una fuente cercana al caso declaró al medio británico The Sun que los investigadores “no quieren que Brueckner quede libre” y consideran urgente presentar cargos antes de que finalice su condena. Parte de la estrategia podría incluir la revisión de más de 20.000 páginas de pruebas acumuladas, muchas de las cuales están siendo traducidas del alemán.
El caso McCann ha permanecido sin resolver desde 2007, a pesar de múltiples operaciones de búsqueda y varias líneas de investigación. En julio de 2020, la policía portuguesa revisó tres pozos sin éxito, mientras que en 2014 se emplearon perros rastreadores y radar de penetración terrestre durante excavaciones en Praia da Luz, también sin resultados concretos.
Entre las piezas más perturbadoras vinculadas al caso figuran los objetos hallados en una antigua fábrica en Alemania, donde se encontraron juguetes, trajes de baño infantiles y documentos, algunos escondidos bajo el cadáver del perro de Brueckner. Aunque no existe confirmación oficial de que pertenezcan a víctimas, este hallazgo reforzó las sospechas en su contra.
A medida que se aproxima el final de su condena, Brueckner ya no se encuentra en aislamiento, y aunque enfrenta nuevas acusaciones por delitos en prisión, su eventual excarcelación plantea una amenaza para el curso de la investigación. Esta nueva fase de búsqueda en Praia da Luz representa una última oportunidad para hallar pruebas contundentes antes de que el tiempo se agote.