Expertos de Estados Unidos y Argentina coinciden en que se mantendría la fase neutral

Santa Cruz, julio de 2025 (Fuente Infobae) – El fenómeno de La Niña, conocido por enfriar las aguas superficiales del Océano Pacífico y alterar los patrones climáticos a nivel global, no muestra señales claras de activación en lo que resta del año, según informes recientes de instituciones científicas de Estados Unidos y Argentina.
Actualmente, tanto La Niña como su contraparte, El Niño, permanecen inactivos, y las proyecciones apuntan a que el estado climático neutral continuará al menos hasta el verano de 2026 en el hemisferio sur. Así lo revela el más reciente reporte del Instituto Internacional de Investigación de Clima y Sociedad de la Universidad de Columbia.
¿Qué dicen los modelos climáticos?
Según los modelos dinámicos y estadísticos analizados, hay un 70% de probabilidades de condiciones neutrales para el trimestre julio-agosto-septiembre de este año. Incluso entre octubre y enero, la posibilidad de que se mantenga la neutralidad es del 49%, superando ampliamente la probabilidad de que se inicie un ciclo de La Niña o El Niño.
Desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina, el climatólogo José Luis Stella coincide en que no hay indicios suficientes para anticipar la llegada de La Niña. El análisis se basa en el monitoreo de la temperatura del océano Pacífico ecuatorial, que actualmente presenta valores cercanos al promedio.
Además, los vientos alisios –que tienden a intensificarse cuando se aproxima La Niña– solo han mostrado una leve intensificación, sin llegar a ser un indicador contundente del fenómeno.
¿Cómo se define La Niña?
Un episodio de La Niña se confirma cuando las temperaturas del mar en una región específica del Pacífico ecuatorial bajan 0,5 grados o más por debajo del promedio, de forma persistente durante varios meses. De momento, los registros actuales no reflejan esta tendencia.
Impacto potencial en América Latina
Aunque por ahora La Niña no se ha activado, los expertos recuerdan que sus efectos, de ocurrir, podrían sentirse fuertemente en América Latina. Según el doctor Muhammad Azhar Ehsan, investigador de la Universidad de Columbia, esta fase del clima suele estar asociada con:
- Menores precipitaciones en Uruguay, el norte de Chile y algunas regiones agrícolas de Argentina.
- Más lluvias de lo habitual en partes del norte de América Latina y el Caribe.
- Riesgo de sequías que afectarían la producción agrícola.
En Argentina, por ejemplo, la fase de El Niño trae lluvias abundantes, mientras que La Niña se relaciona con precipitaciones por debajo del promedio, sobre todo en la primavera y el verano en el noreste del país.